Idioma: ES
Si practicas habitualmente el ciclismo sabrás que una de las decisiones más importantes a las que nos enfrentamos es qué casco elegir para ir en bicicleta. Para saber por cuál te tienes que decantar, hay que responder antes una serie de cuestiones. Por ejemplo: ¿Cómo saber talla de casco? ¿Cómo se mide un casco de bicicleta? ¿Qué factores influyen en la seguridad? ¿Qué modelos tienen mejor ventilación? ¿Cuáles son más cómodos y qué tipos de cascos hay?
Las preguntas son muchas y para ayudarte a obtener las respuestas, a continuación, te ayudamos a elegir un casco para bicicleta.
El tamaño del casco de la bicicleta debe ser el adecuado para que este se ajuste perfectamente a tu cabeza. Por eso es importante que conozcas bien la talla que se adapte mejor a ti. Sin embargo, cada fabricante determina sus propias tallas, por lo que a veces saber la talla adecuada de un casco de bicicleta puede ser más complejo de lo que parece en un principio.
Debes utilizar la medida correcta de tu cabeza para elegir la talla del casco que te corresponde siguiendo estos sencillos pasos:
Coge una cinta métrica y ponla alrededor del perímetro de tu cráneo. Hazlo por la parte más ancha, es decir, por la zona de encima de las cejas. Así tendrás la cifra en centímetros del diámetro que te servirá como base para decidir el casco más adecuado.
A continuación, debes consultar el desplegable de tallas que aparece en la ficha de producto de cada casco, y elegir la talla que corresponde con el perímetro de cada cabeza. Por ejemplo talla L (58-60cm) significa para cabezas entre 58 y 60cm de perímetro, y según el fabricante es la talla L.
Cuando tengas el que más se ajusta al perímetro de tu cráneo, puedes regularlo con el anillo posterior y las correas de ajuste que suele haber en cada modelo.
Hay muchos tipos de cascos de bicicleta a tu alcance, pero si quieres uno que cumpla con su cometido la seguridad es el principal factor a tener en cuenta. Recuerda que es la única barrera de seguridad que tienes en la cabeza en caso de accidente. Por eso, debes escoger un modelo que cumpla con las mejores certificaciones de seguridad.
En primer lugar, la homologación para su venta y para su utilización es básica. Estar homologado implica que los materiales con los que está fabricado son de plástico duro ABS o policarbonato para la carcasa. En el primer caso, es un material más duro. Además, los cascos hechos con este material tienen peor ventilación al carecer de aberturas. La opción del policarbonato, por tanto, es la más recomendable, al ventilar mejor y absorber los impactos de una forma más adecuada.
Si quieres recabar más información sobre este tema, quizá te interese saber que la norma de homologación para los cascos de bicicletas es la UNE-EN 1078. En los cascos homologados aparece una etiqueta con esos números. A esto se une algo extremadamente importante. Te recomendamos que adquieras un casco con sistema MIPS, porque así, en caso de impacto, el efecto de la colisión se reducirá en niveles que rondan un 40 %.
MIPS responde a las siglas de las palabras inglesas Multidirectional Impact Protection System. Es un sistema de protección de impactos multidireccionales. Gracias a una lámina de policarbonato separada de la parte exterior del casco, permite que en caso de impacto tu cabeza rote ligeramente dentro del casco y el golpe no sea frontal. Es lo que ocurre con nuestra piel alrededor de la cabeza, ésta se puede mover alrededor del cráneo, salvando de impactos al cerebro por magulladuras externas. Por tanto, los productos más seguros que puedes encontrar serán los que incorporen este sistema.
La ventilación es otro factor esencial. El forro de espuma retiene el calor y la cabeza es una de las partes del cuerpo por la que sale el exceso de temperatura cuando hacemos ejercicio. Los agujeros de ventilación permiten que esa zona se refresque, por lo que es muy necesaria, tanto en climas cálidos como en fríos, en los que también ayuda a eliminar la humedad.
Una buena ventilación contribuye a un correcto aerodinamismo, con lo que se reduce la fricción del aire con el ciclista y se mejora su desempeño. Los diseños más modernos utilizan canales de ventilación dentro de la carcasa que permiten que el aire fluya sobre la cabeza del ciclista.
Por tanto, mira bien las opciones que tienes. Si practicas ciclismo habitualmente, seguro que conoces la sensación del calor acumulándose en tu cabeza, el sudor fluyendo y la incomodidad creciendo sobre tus hombros. Para que esto no ocurra y no tengas la tentación de quitarte la mayor protección que tienes ante posibles golpes, escoge un modelo con el que el aire caliente pueda salir con facilidad.
Para que quede sujeto y no se mueva cuando vas en la bicicleta, el casco debe ofrecerte la posibilidad de ajustarse para adaptarse a tu cabeza. La mayoría tienen algún tipo de mecanismo en la parte trasera, como correas y anillos, para regular bien la sujeción. Así conseguirás que tu casco esté perfectamente colocado y no te darás cuenta de que lo llevas puesto.
Ten en cuenta que debe quedar bien sujeto a tu cabeza, a uno o dos dedos por encima de tus cejas. Debe tener unas correas laterales en forma de “v” con un control deslizante. Una de ellas debe quedar por delante de las orejas y la otra por detrás. Normalmente, tienen un dispositivo de encaje que las mantiene bien cerradas y que se puede abrir fácilmente con solo pulsar una de sus partes.
Este dispositivo es una hebilla que queda debajo de la barbilla. En casi todos, este mecanismo es muy parecido. No obstante, elige el que te resulte más fácil de utilizar y ajustar, hasta que no puedas introducir entre la hebilla y tu barbilla más de uno o dos dedos.
La comodidad radica en un buen ajuste sin que haya una excesiva presión sobre la cara, la barbilla o el cuello. Debe ser ligero y quedar nivelado sobre tu cabeza, sin que haya ninguna inclinación hacia atrás. El borde frontal debe estar a uno o dos dedos por encima de tus cejas para que tu frente esté bien protegida.
Ante todo, ten en cuenta que el casco es una extensión de tu propio cuerpo y que su cometido principal es protegerte contra lesiones en la cabeza en el caso de que te caigas o sufras algún tipo de impacto.
Si estás entre dos tallas, escoge la más pequeña. Si el casco es más grande, puedes utilizar una gorra para mejorar el ajuste del casco. No obstante, para estar seguro de tu elección, pruébatelo, ajústalo y comprueba cómo te sientes con él. Empújalo de lado a lado y de atrás hacia adelante. Si se desplaza más de dos dedos, debes ajustarlo mejor. También debe contar con una buena ventilación, que refresque el interior cuando hayas empezado a sudar y que, a la vez, sea aerodinámico.
El ciclismo tiene muchas variantes. Puedes hacer ciclismo urbano, de montaña, de carretera, de pista o de ciclocross, entre otras muchas modalidades. Por lo tanto, hay muchos tipos de diseño que responden a los requerimientos de cada variedad de práctica.
Debe reunir las mismas condiciones de ventilación, ajuste y homologación que el resto de modelos. Este tipo de casco es el que se utiliza para circular por las ciudades y hay modelos plegables que están diseñados para poder ser guardados en bolsas o mochilas. Esto suele ser útil si vas en bicicleta a trabajar o a tu centro de estudios. La parte trasera suele tener una goma para que se ajuste correctamente, a lo que se añade una presilla para el cierre del mentón. Solo tienes que elegir el diseño que más se adapte a tu estilo.
Los cascos urbanos han proliferado en los últimos años con el incremento en el número de kilómetros de carriles bicis habilitados en las ciudades. Por lo tanto, las posibilidades para elegir se han multiplicado. Hay algunos que son auténticos complementos que puedes combinar con tu atuendo diario. Pero ante todo, prima la comodidad.
Son perfectos cuando utilizas la bicicleta como medio de transporte hacia un determinado destino. De hecho, hay muchos cascos urbanos que tienen esta característica, para que así los puedas llevar a la oficina, a hacer trámites varios o ir a la universidad, por ejemplo, y puedas dejarlos en una mochila o bolso. Son los más prácticos.
En este caso, el diseño suele ser uno de los factores clave a la hora de tomar una decisión, pero recuerda que esté homologado, sea ajustable y cuente con una buena ventilación, sobre todo si vives en una zona cálida.
Hay estilos vintage, modernos y también los que llevan la línea de las bicicletas de carreras. También los hay con y sin visera.
Estos se utilizan para hacer ejercicio o para entrenamientos con vistas a alguna competición, por ejemplo. Por eso es tan importante que sean ligeros, aerodinámicos y cómodos. Con una actividad física intensa, en el transcurso de la cual sudarás mucho, resulta esencial una buena ventilación.
Ten en cuenta también el peso, la sujeción, la talla y la estética, además de, claro está, la marca y el precio que más se ajustan a tus expectativas.
Para la práctica del ciclocross hay modelos muy aerodinámicos, de ajuste sencillo y con una tecnología avanzada que proporciona una gran comodidad. Si practicas esta modalidad de ciclismo, deberás enfrentarte a terrenos naturales que presentan innumerables desafíos para tu resistencia física. Por tanto, debes prepararte para posibles caídas sobre el hielo, la nieve o el barro y tu cabeza debe estar bien protegida. Busca también un modelo que te facilite su limpieza, ya que pondrás su aspecto a prueba en cada salida.
Hay una amplia variedad de diseños, modelos y calidades. Recuerda tener en cuenta que esté equipado con tecnología MIPS y también detalles que pueden parecer insignificantes, como que sean compatibles con llevar coleta, pero que después pueden hacerte la práctica deportiva mucho más cómoda.
Para bicicletas de una sola marcha, que suelen utilizarse para trayectos urbanos, deberías escoger un casco muy resistente, con materiales ligeros y estructura que atenúe los impactos. Hay diseños plegables y muy atractivos para que puedas mantener tu estilo cosmopolita y moderno, además de guardarlo en tu bolsa o mochila en cualquier momento.
La velocidad que se alcanza con este tipo de bicicletas no suele ser muy alta, pero en los entornos urbanos lo mejor es prevenir cualquier eventualidad y adquirir uno con las mejores prestaciones.
Elige uno para usarlo con tu fixie en tus trayectos cortos y medios, ya sea por vías urbanas como interurbanas. En estos casos, no son necesarios cascos profesionales, pero eso no quiere decir que debas escatimar en calidad.
Si practicas gravel, tendrás que hacerte con uno que te proteja ante posibles caídas en las carreteras por las que se suele practicar esta modalidad, es decir, aquellas que tienen poco tránsito y, habitualmente, presentan piedras o gravilla. Hay multitud de diseños, con colores y formas muy vistosas. Escoge uno con buena ventilación, cómodo y resistente.
En este caso, puedes buscar un modelo que sea útil tanto para competiciones en bicicleta de carretera como para competiciones de ciclocross. Incluso puedes optar por uno con visera y que sea apto para personas con pelo largo.
Busca una construcción in mold estable y segura, y un ajuste adecuado para tus salidas.
En estos casos, el rendimiento y la seguridad son los aspectos más importantes. Al ser una modalidad de ciclismo en la que se alcanzan grandes velocidades, la resistencia de nuestro casco tiene que estar a la altura, ya que las caídas son más fuertes de lo habitual. Además, el factor aerodinámico resulta fundamental si quieres obtener el máximo rendimiento, más que en ninguna otra especialidad.
Recuerda buscar el código EN 1078 para asegurarte de que tu casco para bicicleta está homologado y que cumple con todos los estándares de calidad marcados por la Unión Europea. Los de mayor calidad están fabricados siguiendo el proceso de elaboración in mold y son de una única pieza. Deberías priorizar este tipo antes de los que están fabricados en dos piezas, cuya calidad y efectividad para atenuar impactos es mucho menor.
En resumen, esto es todo lo que necesitas saber para elegir tu casco para bicicleta perfecto. Estamos seguros de que tu elección será la correcta si sigues nuestras recomendaciones.