“Si me preguntas por la bicicleta en Madrid, te diría una cosa: no es tan fiero el león como lo pintan”. Así nos habla Sergio Palomar, informático de formación, aunque por muchos años director de la revista Bicisport. Admite que la bicicleta ya estaba instalada antes de los tiempos de pandemia y pone una fecha en el tiempo.

Sergio Palomar
“Hace unos cuatro o cinco años, con Ana Botella de alcaldesa, se dieron dos pasos que considero muy importantes. Por un lado esos ciclocarriles pintados de amarillo en las calles que hacían visible el trasiego de ciclistas que ya había en Madrid y por otro el BiciMad, que en su versión eléctrica ha desmontado esa teoría de que la ciudad es muy complicada para la bicicleta, con tantas cuestas y grandes avenidas”.
Prosigue Pablo Carrascón, ciclista urbano desde hace quince años por Madrid y funcionario del INE: “Ahora estoy teletrabajando más, pero puedo asegurar que la bicicleta es muy cómoda para moverse por la ciudad. No existe esa agresividad que la gente imagina. La bicicleta en la ciudad es un acto maduro”.
“Sinceramente -alarga Sergio – meterte en bicicleta por Madrid parece una locura desde fuera, pero una vez dentro no lo es tanto. Siempre hay roces con los conductores, algún pitido o grito, pero es residual, la verdad. Los conductores están acostumbrados a ver ciclistas por la calzada, y además sucede que muchos conductores han ido en bici alguna vez, con lo cual existe más complicidad”. Un hecho que nos corrobora Pablo: “BiciMad incorporó muchos ciclistas que a su vez son conductores, y cuando están al volante entienden al ciclista”.
José Vicente Gisbert es probador de Ciclismo a Fondo y su apodo “Cascoloco” suena entre colectivos relacionados con la promoción de la bicicleta en la ciudad. Va en bicicleta a trabajar y hacer recados, y como Sergio y Pablo admite que la bicicleta ya estaba establecida antes del parón: “Alguno nuevo he visto, se le nota más perdido e inexperto, pero no tantos. Es obvio que en la desescalada sitios como El Pardo se colapsaron de bicicletas, pero fue pasajero”.

Jose Vicente Gibert
Titulares que no se corresponden la realidad
A Sergio le enfada la mala prensa y el fatalismo de alguna prensa respecto a la bicicleta en Madrid: “La realidad es mucho más sencilla y útil de lo que parece, y lo digo yo que conozco bastantes ciudades en bicicleta, tipo Bilbao, San Sebastián, Bruselas, Berlín o Sevilla, que se tiene como la panacea de la bicicleta en España, pero que no está tan lejos de Madrid”
Con todo “no creo que hayan muchos más ciclistas tras la pandemia. Puede haber alguno nuevo -prosigue Sergio- pero no tantos como podría parecer. Hubo un subidón las semanas después del confinamiento, pero eso pasó” Y pasó especialmente “cuando abrieron las terrazas -tercia Pablo-. También creo que no hay tantos ciclistas nuevos, en todo caso ahora se ven más porque la movilidad en la ciudad ha bajado mucho“.
Y fue una pena, porque desde el mismo instante que se abrieron las calles “pudimos disfrutar de La Castellana para nosotros, un lujo -tercia José Vicente-. Creo que de esos días algo quedará y posiblemente haya más respeto al ciclista que hace medio año. Por otro lado hay gente que se ha dado cuenta que la bicicleta es una opción muy valida en la ciudad. A raíz de esos días se han pintado algunas calles, sobre todo por el centro, para bicicletas, y sinceramente me parece una auténtica chapuza”.
En ese sentido Pablo lamenta, por eso, algunos carriles bici bastante deficientes a su juicio, el de Méndez Alvaro, por ejemplo, que “se acaba repentinamente llegando a Atocha, donde los taxis. Resulta estrecho, dejando poco espacio a la bicicleta, muy a la derecha. Parece que la bicicleta queda acorralada”. Con todo “habrá que ver cuánta gente, como yo, que ha empezado a teletrabajar, deja de ir en bicicleta al trabajo, aunque entiendo que eso también afectará al tráfico y al transporte publico, al que muchos ahora seguro le tendrán más respeto”.

Pablo Carrascón
“La bicicleta en Madrid es un buen aliado, sobretodo si quieres moverte por el interior del círculo que marca la M30, otra cosa es si entras desde fuera, los accesos son más complicados y puedes tener más problemas. En este entorno el uso es más residual, pero en centro de la ciudad, la bicicleta está muy establecida y sólo hay que sentarse un momento en el Paseo Del Prado y ver cuántos ciclistas circular” concluye Sergio en un sondeo muy gratificante sobre el estado de la bicicleta en Madrid.
Por Ibán Vega, El Cuaderno de JoanSeguidor
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Muero de la risa. Dice que nos cuentan la realidad de la bici en Madrid solo con cuatro testimonios de anticarrilbicistas, con nombres y apellidos, ¡que les conocemos todos!!! ????????????????
«Meterte en bicicleta por Madrid parece una locura desde fuera, pero una vez dentro no lo es tanto.» Eso es tan cierto !