Hasta hace unos días el párking más grande para bicicletas del mundo estaba en Tokio, llegando a albergar 9.000 bicicletas en su interior. Pero el récord tenía fecha de caducidad. El párking de bicicletas de la estación central de tren de Utrecht, en Holanda, fue inaugurado parcialmente en 2017 con 6.000 plazas. Ahora, construido al completo, y oficialmente inaugurado, el aparcamiento puede albergar hasta 12.500 bicicletas, 1.000 de las cuales son de alquiler municipal. En total cuenta con 21.000 m3 distribuidos en tres plantas, lo que equivale a cuatro campos de fútbol.
El edificio cuenta con un carril bici que va recorriendo toda la instalación hasta los diferentes sectores numerados, donde se encuentran los aparcabicis distribuidos en tres niveles. El nivel 0 está reservado a abonados, el superior cuenta con un acceso peatonal a la calle y el inferior uno directo a la estación ferroviaria. El párking emplea a 40 trabajadores, algunos en riesgo de exclusión social. Entre ellos, hay mecánicos para realizar pequeñas reparaciones a las bicicletas.
Según palabras del Ministro de Infraestructuras, Stientje van Veldhoven: “Queremos ser el paraíso del ciclista, y todavía nos queda mucho por hacer. Si quieres sacar a la gente de sus coches y que utilicen el transporte público, hay que hacerlo todo fácil y cómodo. Hay que instalar el aparcamiento de bicicletas lo más cercano al tren.»
La instalación sirve como hub para miles de personas que utilizan el tren y la bicicleta para realizar sus desplazamientos diarios. Abierto las 24 horas del día, los 365 días del año, dejar la bicicleta aparcada durante las primeras 24 horas es gratuito con la tarjeta de abonado. Una vez sobrepasado el límite el precio es de poco más de un euro al día.
La teoría para fomentar el uso de la bicicleta es conocida: Facilitar la circulación segregada, restringir el uso del vehículo privado, y ofrecer tanto aparcamiento seguro como una buena conexión con el transporte público. Es la receta del éxito aplicada en países como Holanda o Dinamarca. La voluntad aplicar las medidas ya depende de las prioridades de las diferentes administraciones.
